Jabón de naranja.
Siguiendo en la línea de los cítricos, el siguiente jabón que aquí os presento ,se caracteriza por su agradable aroma, ya que es una combinación perfecta de frescor y dulzura.
El jabón de naranja posee una dualidad que nos permite utilizarlo tanto en pieles apagadas o desmejoradas, así como en aquellas con tendencia grasa, ya que su capacidad restauradora actúa en ambas situaciones.
Debido a sus principios activos, este jabón posee propiedades antiinflamatorias y antisépticas, por lo que al mismo tiempo que nos ayuda a reducir posibles inflamaciones de la piel, nos ayuda a evitar el crecimiento de microorganismos infecciosos.
A su vez ,el aroma de la
naranja es muy utilizado en aromaterapia (mediante los aceites esenciales),
ya que se le atribuye la capacidad de poder cambiar nuestro estado
ánimo, haciéndonos sentir más animados y felices, a la vez que reduce
los estados de ansiedad.
En relación a las contradicciones
que puede conllevar el uso de este jabón, realmente no podríamos mencionar
alguna concreta, dado que las que os voy a citar a modo informativo, son sobre
el aceite esencial de naranja y en este caso hemos empleado un oleato de
naranja en su lugar. Pese a ello ( aunque pueda resultar “ cansina” ) yo os
quiero dejar aquí aquellos casos en los que no se recomienda el uso del aceite
esencial de naranja ya que opino que nunca está de más saber estas cosas. No
se recomienda el consumo de aceite esencial de naranja en personas que estén
llevando a cabo tratamientos que contengan ciclosporina, y a su vez,
deben evitar su consumo las personas tratadas con antidepresivos, con
hipertensión severa, con diabetes mellitus, con glaucoma y
con hipertrofia prostática.
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