Tod@s sabemos que hoy en día las colonias, perfumes… son algo muy
empleado en nuestra sociedad, así como muy
bien valorado. No obstante, no somos ( ni mucho menos) los primeros que
lo descubrieron.
Si nos remontamos en la historia, descubrimos
que hace más de cien mil años,
los hombres y mujeres neandertales hacían ofrendas de polen y flores a sus
difuntos, así como que, Cleopatra
utilizó una gran cantidad de productos
aromáticos para seducir a
Julio Cesar y Marco Antonio, o que Luis XlV, soltaba palomas impregnadas en perfume por los
salones, para impresionar a sus
invitados.
Por todo ello, Sabiendo el amplio interés que
suscitan las fragancias para muchos de nosotr@s hoy en día, he decidido salirme
un poco de mi línea de jabones, para ofreceros algo que podamos utilizar
prácticamente en cualquier momento ( no solo al lavarnos).
He decidido decantarme por los perfumes sólidos, ya que pese a que
son menos conocidos, me parecen muy
cómodos para llevar encima (pequeños “tarritos”) y utilizarlos en cualquier momento. A su vez, al no llevar alcohol, no se evaporan con tanta facilidad.
Cada tarrina llevará uno de los aromas que a continuación os ofreceré,
así como aceite de oliva a fin
de aportarle mayor hidratación a la piel, así como vitamina E para asegurar su conservación.
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